miércoles, 26 de agosto de 2009

Luciano Martín

Nacido en Playa Blanca de Lanzarote (Las Palmas) y enamorado del pueblo de Femés, ha sabido beber de las viejas fuentes y con su arte se convierte en notario de muchos rincones que se van perdiendo con el paso del tiempo pero que quedan retenidas en las obras de este acuarelista, ecologista y reivindicador de lo que nos identifica como pueblo. Tan pronto nos rodea las playas del sur conejero como se adentra en las viejas casonas de Fuerteventura o nos acerca a las medianías de Gran Canaria, donde se detiene ante la belleza de los caseríos antiguos y los identifica con la peculiar luz, con la típica floresta o el sosiego de un tiempo donde lo bucólico sigue ocupando un esencial protagonismo.

De isla en isla, Luciano Martín, va recogiendo los rincones del paisaje canario y los ilumina con sus pinceles, los inmortaliza como preclaro legado para las nuevas generaciones que desean encontrarse con las raíces del pasado.

El triunfo de una obra que lucha contra el tiempo donde los pinceles se convierten en la más firme pluma para pintar un poema pletórico de los más puros sentimientos.

Luciano Martín ha sabido, con su pintura, exponer el más bello espejo de unas huellas que no deben morir ante nuestras retinas porque forjan retazos que nos acercan a la génesis de nuestra identidad.

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